Paul McCartney: El carrete estuvo cuático"

Para algunos fueron años de espera para volver a verlo, para otros fue la primera vez que se reunieron con Paul McCartney. De todas maneras para todos fue un concierto espectacular.

Paul McCartney: El carrete estuvo cuático

Para algunos fueron años de espera para volver a verlo, para otros fue la primera vez que se reunieron con Paul McCartney. De todas maneras para todos fue un concierto espectacular.

Con la premisa de que el concierto de Paul McCartney duraría cerca de tres horas, este precedente estableció un punto de partida en lo que miles de chilenos presenciarían en su esperado regreso al país. Sin embargo, entre nosotros, esos 180 minutos se sintieron como un abrir y cerrar de ojos.

Desde horas antes del show, se veía la emoción en los rostros de niños, jóvenes y adultos, todos ansiosos por lo que estaba por venir. El ambiente era festivo, cálido y lleno de alegría contagiosa. Era imposible no sonreír al ver familias reunidas para ver a un Beatle, o a aquellos vestidos en homenaje a momentos icónicos de la carrera de Sir Paul (la mayoría optando por el clásico traje de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band").

El regreso de un músico de la talla de McCartney es, sin duda, uno de los grandes hitos del año. Por eso no era de extrañar que muchos dijeran que estaban viviendo el mejor día de sus vidas, al menos así se escuchaba en los pasillos para comprar su merchandising o entre las multitudes. Y en lo personal —si me permiten compartir—, esta fue la primera vez que tuve la oportunidad de verlo en vivo, y sin duda se convirtió en uno de mis conciertos favoritos.

Con un setlist de 34 canciones, Paul repasó su inmensa trayectoria, con clásicos infaltables como "Drive My Car", "Let 'Em In", "Jet", así como los himnos "Let It Be", "Get Back" y "Hey Jude", que hicieron cantar a todo el estadio en un solo coro. Entre los momentos más emotivos, destacan los homenajes a George Harrison con "Something" y a John Lennon con "I've Got A Feeling". Y, por supuesto, "Blackbird" fue otro de los puntos altos, un tema que personalmente me permitió tener un instante especial, conectando con mi madre, que seguía el concierto desde lejos, gracias a la tecnología. Así como Paul pudo reunirse con John a través de una pantalla, hice lo mismo junto a mi madre que se encontraba a kilómetros de distancia. Siguiendo los pasos que hizo McCartney con Lennon digitalizado, también pude cantar al unísono esta canción que ha formado parte de mi biblioteca musical personal desde que tengo memoria.

Y si hablamos de momentos que hacen brillar esta noche por sí sola, el cariño de Paul hacia el público chileno fue evidente en detalles como el uso de palabras dentro del vocabulario chileno: "sí po", "este carrete está cuático", "hola chiquillos y chiquillas". Esto, sumado a sus constantes gestos de gratitud por el entusiasmo de la audiencia, como cuando cada vez que respondía con una sonrisa o un baile a los gritos del público, era un momento especial que elevaba aún más el ambiente.

Las 34 canciones se disfrutaron de principio a fin, y si no fuera por el dolor en los pies que quedó como recuerdo de su visita, fácilmente podría decir que la fiesta habría podido continuar por horas. Ahora solo queda esperar a que McCartney cumpla su promesa y "nos vemos hasta la próxima".

Foto por: Andie Borie - @andieborie x DG Medios